“Me siento agotado, con baja autoestima y escasa realización personal. Y eso no es todo. A menudo, tengo dificultades para concentrarme en el trabajo”.
Es normal que en determinados momentos de nuestra vida nos encontremos ante esta situación. Más aún teniendo en cuenta la incertidumbre y los cambios desencadenados a raíz del COVID-19 en las empresas: teletrabajo, ERTEs, aislamiento social, dificultades para la conciliación familiar y laboral…
Si a eso le sumas otras variables, como la carga de trabajo diaria o la falta de satisfacción laboral, los efectos se multiplican. De ahí, síndromes como el del burnout o trabajador quemado. Conocer sus tipos y consecuencias es el punto de partida para afrontarlo.
Eso lo descubrirás en este post.
Recordando qué es el síndrome de burnout
El síndrome de trabajador quemado o burnout, como se conoce comúnmente, es una sensación de malestar producida por el sobreesfuerzo realizado en el trabajo.
Esta forma de estrés crónico se produce cuando una persona se siente sobrecargada, frustrada o desilusionada en relación a su trabajo. Puede manifestarse como una sensación de cansancio extremo, una falta de motivación o una sensación general de desesperanza.
Este síndrome nos recuerda que el estrés intenso y prolongado puede afectar gravemente a nuestro bienestar. A menudo, las personas que lo sufren sienten como si no pudieran hacer nada bien y que su trabajo no tiene sentido. En definitiva, puede ser muy debilitante y afectar negativamente a la calidad de vida.
Pero no todas las personas padecen el mismo tipo de burnout. Sigue leyendo para descubrir más información.
Los 3 tipos de burnout en los empleados: conductas y patrones
El síndrome del trabajador quemado puede dividirse en tres categorías según la conducta del trabajador. Conócelas en las siguientes líneas:
- Burnout del trabajador desgastado
Ese que se da por vencido a la mínima. Su manera de afrontar las situaciones del día a día goza de la desconexión conductual, motivo por el que descuida sus responsabilidades y abandona las tareas fácilmente. La apatía y la falta de entusiasmo están presentes en cada jornada, lo que puede afectar gravemente a la calidad de su vida. Los síntomas más comunes pasan por la fatiga, la dificultad para concentrarse y la ansiedad.
- Burnout del trabajador sin retos
Donde la motivación brilla por su ausencia. No tiene objetivos o desafíos en su vida laboral, y eso puede deberse a un trabajo monótono en el que no hay oportunidades de crecimiento o a que no se siente realizado en el mismo. En cualquier caso, puede llevar al empleado a sentirse aburrido, estresado y afectar negativamente a su salud física y mental. La postura más habitual en el trabajador sin retos es la de la evitación cognitiva (distracción o distanciamiento).
- Burnout del trabajador frenético
Ese que está constantemente estresado. Tiene demasiados compromisos que atender y una agenda muy ocupada. Puede que su productividad no se vea tan afectada como en el resto de burnout, pero también afecta a su bienestar. La técnica más utilizada para combatirlo es la del desahogo emocional. Y las personas que lo sufren suelen tener problemas para dormir, comer de forma saludable o relacionarse con los demás.
Como puedes deducir, los síntomas de los distintos tipos de burnout son similares, pero la conducta es muy diferente. Como era de esperar, los efectos no pasan desapercibidos ni para el trabajador, ni para la empresa.
Las consecuencias del síndrome del trabajador quemado
“Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero”. La frase la pronunció Antoine de Saint-Exupéry y viene a recordarnos que menos es más. Cuantas menos cosas tenemos, mejor nos las ingeniamos; cuantas menos tareas afrontamos, más fácil nos resulta gestionarlas; y cuantas menos preocupaciones, mayor es el bienestar y la calidad de vida.
Sin embargo, el síndrome de burnout nos recuerda que en muchas empresas prima todo lo contrario. Demasiadas responsabilidades y sobreesfuerzo que desencadenan sentimientos de fracaso por falta de realización profesional, estrés continuo, cansancio y agotamiento emocional.
Mira las consecuencias del síndrome de burnout para los trabajadores:
- Estrés. Es causa y efecto. El estrés es una de las principales causas del burnout, pero su nivel aumenta a medida que el síndrome se alarga en el tiempo. Es una respuesta natural del cuerpo a una amenaza.
- Ansiedad. Es fruto de la sensación de estar constantemente estresado y agotado. La ansiedad también puede ser causada por el miedo a no poder rendir en el trabajo, lo que puede llevar a sentirse aún más estresado.
- Dolor de cabeza. Los trabajadores con síndrome de burnout tienen demasiada tensión y estrés acumulado en el cuerpo. Así que, no es de extrañar que el dolor de cabeza se manifieste como consecuencia del insomnio o la mala alimentación en las personas que lo padecen.
- Problemas digestivos. Los dolores de estómago, diarrea o constipados son habituales. La persona puede tener una sensación de que su estómago está lleno o pesado, y puede perder el apetito.
- Presión arterial alta. El estrés producido en el trabajo produce una cascada de hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el nivel de azúcar en sangre, y ralentizan el sistema digestivo. Esto es útil si necesitas huir de un oso, pero no lo es tanto si estás en una reunión de trabajo.
- Insomnio. Repercute en una menor productividad y afecta gravemente a la salud del trabajador. El insomnio se produce porque la persona afectada suele estar muy estresada y preocupada.
- Fatiga crónica. Esta sensación de cansancio físico y mental no se alivia con el descanso. La persona puede sentirse cansada todo el tiempo, incluso si duerme bien y hace ejercicio. Es más, puede ser debilitante y dificultar que la persona se concentre, se mantenga despierta y lleve a cabo actividades cotidianas.
La empresa también sufre las consecuencias de los trabajadores con burnout:
- Aumenta la tasa de rotación de personal. Esto también genera mayores costes en el reemplazo.
- Disminuye la productividad y la eficiencia. Los trabajadores con dificultades para concentrarse y realizar sus tareas influyen negativamente en la productividad de la empresa.
- Aumentan los accidentes laborales. Sucede a causa de las dificultades para concentrarse, tomar decisiones acertadas y la distracción.
- Incrementa el absentismo laboral. El síndrome de burnout puede tener un efecto negativo en la salud mental y física de una persona, lo que a su vez puede aumentar el absentismo en la empresa.
Sabemos que todas estas consecuencias surgen por una razón. Y es que existen hábitos poco eficientes en gran parte de nuestras rutinas laborales. Pero es importante aceptar que somos responsables de lo que hacemos, no culpables.
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