Dicen los entendidos que dar a tus clientes más de lo que ellos esperan de ti, es impactar y fidelizarles. (esta es la nota de marketing)
Ahora, si solo te ajustas al tiempo por el que te pagan tus clientes, no podrás sacar lo mejor de la “relación de Coaching”. Por ello, tras una sesión donde el cliente llegó a un estado
emocionalmente vulnerable, abrumado o se quedó todavía atascado en un dilema, llámale unas horas más tarde o al día siguiente para ver como está.
Simplemente eso, un “cómo estás”. No intentes hacer coaching, solamente muéstrale que te que te importa, hazle sentirse que está acompañado en su proceso, en su desafío, en el logro de sus sueños.
Crea empatía, escucha silenciosamente, sin necesidad de reforzar, ni de recordarle nada, simplemente “estoy presente” para él/ella. Esto es Coaching, sin hacer Coaching!