RRHH se encuentra sin ideas, RRHH es un cáncer que solo sirve para pagar nóminas y controlar bajas, RRHH es la marioneta del comité de dirección, el presupuesto de RRHH depende de los beneficios que haga la empresa, no es una inversión obligatoria.
Espero que mis amigos de RRHH no me maten por expresar abiertamente lo que llevo escuchando de ellos y de todo el sector por muchos años. Incluido de la alta dirección que aunque no lo dicen abiertamente, cuando les preguntas cosas como ¿Cómo asignan sus presupuestos anuales? Casi nunca oímos las partidas asignadas a RRHH, y sí para implementar o mejorar Marketing, comerciales, expansión, productos, calidad de servicios, etc….o ¿Cuáles son las 3 áreas más importantes de su empresa? Tendríamos suerte si se escuchara que RRHH está entre las 5 primeras inversiones.
Entonces que está pasando en el “quiero” pero no hago nada con el Capital Humano.
Cada vez más, vemos a los jóvenes resaltando en las redes sociales las empresas que muestran responsabilidad social, los mejores lugares donde trabajar, responsabilidad con el medio ambiente, respeto a los Valores Humanos.
Y todo ello está haciendo que haya una tendencia a mirarse el propio ombligo, en lugar de mirar hacia fuera, y ver qué está haciendo mi empresa, que se está quedando desalineada con lo que está pasando en el mundo.
No basta ya con decir que hay otros que lo hacen peor que yo, ni basta en buscar vender más sin sentido, sin responsabilidad. Pues actuando así, crisis como las que vivimos recientemente nos hacen mella en la línea de flotación. La gente se marcha de las empresas cuando no están felices. Un 92% de los empleados que se cambia de trabajo son por aspiraciones diferentes a ganar más dinero. Entonces, ¿Dónde está la inversión de las empresas para que no se fugue ese capital?
Usted no es un recurso para su organización. Si lo fuera, estaría quemado por ser supra utilizado, o aburrido por no ser aprovechado. ¿Acaso es usted un recurso para su familia? Los recursos son limitados, y como tales uno se abastece de suficientes recursos para evitar la escasez o males asociados con la falta de recursos. Sin embargo, en una unidad sistémica, ejemplo, una familia, una comunidad, un club, etc… se valora a sus miembros como la parte que genera valor a dicha unidad. Cuando mejor son tratados sus miembros, son desarrollados, son queridos, más aportan estos a sus sistemas, y más aportan a los sistemas directamente asociados, e incluso influyen sobre otros sistemas lejanos.
Pero parece que las empresas no terminan de entender qué es el Capital Humano. No entienden que para dar valor a sus clientes, antes deben tener en orden su propia casa, deben saber para qué hacen algo de calidad, como hacerlo sin dañar el medio ambiente, como contribuir con ello socialmente. Y las respuestas a todo esto, lo conocen mucho, pero son muy poquitos quienes las implementan.
El Departamento de RRHH tiene miedo, pues por su perfil entienden casi todos y valoran al personal de sus organizaciones, pero ellos mismos desconfían en su gente, o temen represalias desde arriba si “la inversión” sale mal. Siendo curioso como la dirección de la empresa sabe que de todas las inversiones que hacen, la mayoría suelen fracasar, y que viven más bien de las poquitas que salen muy bien. Y sin embargo, no aceptan que en la inversión del capital humano, esto también va a pasar, con la diferencia, de que invertir en el capital humano, el rédito va a ser en la mayoría de los casos, entre 0 e infinito!
Y una inversión material va ser normalmente entre perdidas, -X% y ya es buena si nos ofrece un 10, 20 o 30% o más, pero es siempre limitada, y no infinita como lo pueda ser la inversión en capital humano, en responsabilidad social, en medio ambiente. Ya que estas inversiones traspasan el beneficio más allá de los años, más allá del beneficio tangible, más allá del valor intrínseco que ofrece dentro de la empresa a los clientes de la organización, proveedores, y sociedad donde impacta.
He mencionado como alternativa al nombre de RRHH, llamarlo Capital Humano, pero aún mejor sería llamarlo Departamento de VALOR ORGANIZACIONAL, o Dpto Desarrollo Intrínseco, ya que lo que la empresa debería estar constantemente desarrollando es el valor de esta, comenzando por el impacto que esta pueda causar con sus productos o servicios a la sociedad, y para ello, intrínsecamente debe valorar e invertir en su sistema, su personal, el medio ambiente, la sociedad donde vive y convive.
Peter Senge se acaba de manifestarse como anti-RRHH, aunque lleva pensando en ello hace mucho tiempo. Mi querido amigo Sir John Whitmore lleva expresando estas ideas 30 años, y en su retiro debe estar feliz de que los cambios se empiezan a notar. Aunque él mismo tiene dudas de si antes quizás destruiremos el planeta, y quizás el cambio venga, como muchas veces pasa, por huir del dolor que nos hemos infringidos a nosotros mismos, por no habernos dado cuenta antes de que todos somos parte de un gran sistema, y que todos somos influyentes e influenciados sobre los sistemas, siendo las empresas donde trabajamos, o para quienes trabajamos un meteoro enorme que o cambia su rumbo, o nos haremos mucho daño, tanto quienes lo manejan, como los que van a bordo, como los que lo estamos viendo moverse.
Peter Senge afirma que la mayor parte de las empresas no encaran las cuestiones ambientales y Sociales como una inversión, sino como un gastos, o al menos como una inversión a corto plazo que esperan capitalizar pronto en su cuenta de resultados sin importarles cómo afecta al sistema.
Las empresas que encuentren la manera de manejar la inversión en todos estos aspectos irán ganando ventaja competitiva, como ya están demostrando algunas empresas. Pero aún hay mucho por hacer, o lo que es lo mismo, muchas oportunidades para destacar en el plano del medioambiente, social y capital humano interno.
Poco a poco los productos “amigos” del medio ambiente van costando lo mismo que los que no lo son. Esto antes era una valla alta de saltarse, pero ahora, incluso hay una masa crítica que no les importa pagar algo más por saber que consumen productos o servicios que ayudan al medio ambiente, y esto hace que cada vez más, sea más fácil invertir en lo que realmente da valor a una compañía, y saber que a largo plazo, la cuenta de resultados será mejor de lo que pueda ser hoy, o incluso en 20 años, si no cambiamos.
También es cierto que necesitamos nuevos productos que utilicen menos energía, que sean reciclables, compartibles. Y para ello hace falta invertir en investigación, o emprendedores nuevos que sin costes estructurales se lancen a sacar productos y servicios nuevos que cumplan con esta cadena de valores, como ya lo están logrando algunos emprendedores, en los que las grandes corporaciones se están fijando, e incluso invirtiendo en ellos.
También hace falta plantar cara a las empresas con los servicios, y venderles aquello en lo que creemos que puede impactar, y no en lo que todo el mundo hace por que las empresas lo quieren, sin saber ya ni para que lo quieren.
Hoy hablaba con una multinacional para un proyecto grande de desarrollo de liderazgo, y me compartía de la miopía que la propia organización tiene e impone a sus proveedores, piándoles que se adapten a ellos, cuando desde dentro saben que hay muchas cosas que necesitan cambiar. Invierten miles, millones de dólares en formación y planes de desarrollo pidiendo cuentas a los proveedores para que se adapten a ellos y lo hagan bien, pero quién les pide cuentas a los gerentes y directivos en los que se invierten? ¿Quién les pide que retornen la inversión que la empresa hace en ellos? ¿Dé que sirven la formación, el coaching, test de evaluaciones, si luego no se les demanda al trabajador un plan retorno de la inversión. Que al igual que pasa con el capital (dinero) puede dar más o menos intereses, pero igual que retiramos el dinero de un mercado o lo cambiamos por otros planes de inversión para buscar más beneficio, por qué no pedir al trabajador que implemente lo aprendido, que se vea al rentabilidad de lo que se invierte en él o ella. Acaso las empresas se han vuelto ciegas o tontas, que ya no les importa tirar el dinero en formación o coaching sin que exista un ROI?
Otra multinacional, que igualmente está encorsetadas en sus políticas internas de desarrollo, les cuesta cambiar, o no quieren tomar la iniciativa. En este caso, me han aceptado un modelo diferente, donde vamos a trabajar solamente con un grupo de voluntarios que se comprometan con un método de desarrollo, que tengan algo que perder si no invierten en ellos mismos, pues muchas veces la excusa de ellos es que al final la empresa les pide resultados económicos, y nunca hacen por cambiar ellos, a pesar de malgastar tiempo y dinero en formación y otros métodos de desarrollo. Con esta iniciativa, que me está costando iniciar en otras organizaciones, al menos veo que alguien, en algún lado, está percibiendo todo lo mal que va RRHH, y tengo la esperanza de que poco a poco, vayan buscando modelos diferentes de invertir en las personas de la organización con modelos basados en crear valor sistémico en el medio ambiente, en la sociedad y empezando por el capital interno de las personas que trabajan en la propia organización, y demandando de estos últimos que ofrezcan “intereses” sobre la inversión que se hacen en ellos. Es posible! Pero entre todos debemos de hacer las cosas diferentes, proveedores, empresas y empleados.
Jose L. Menéndez
Experto en Neurociencia aplicada
Master C. Coach & Director General