Seas o no psicólogo o terapeuta, si deseas ser coach, debes alejarte de orientar o dar consejos.
Sabrás que estás haciendo terapia cuando:
Hurgas en condiciones psicológicas diagnosticables (depresión, ansiedad, adicciones, temas de origen familiar, comportamientos destructivos, etc.)
Cuando el cliente no logra avanzar hacía su meta sin tus “sugerencias” o la estructura que le marcas.
Cuando el enfoque del Coaching es casi siempre sobre sentimientos, preocupaciones, patrones, y dejas de lado la parte de concienciación ligada a las acciones y logros tangibles.
El terapeuta juega un papel clave en la salud mental de la sociedad y está entrenado para ello, tienen experiencia y licencia para hacer este tipo de trabajo personal que los coaches no podemos ofrecer, y aunque estuviéramos entrenados y con licencia para ello, no deberíamos mezclar el Coaching con la terapia.
Si eres terapeuta o psicólogo y coach a la vez, ofrece tus servicios a diferentes clientes, pero nunca ambas cosas al mismo cliente, de lo contrario este querrá de tus consejos y experiencia y perderá responsabilidad en su proceso.