Hay personas que se levantan positivas y se acuestan positivas, y están positivas todo el día. Pero desgraciadamente estos son solamente los Sres. Motivadores que dan conferencias!
A veces el Coach adopta este rol con su cliente, y “fuerza” a su cliente decir las cosas o describir su situación en “positivo”.
“Eso no es un problema, es un desafío…”
“¿Deberías? O quieres decir que “quieres hacerlo?”
“Ese no eres tu, solo es una parte de ti negativa”
“¿Qué hay de positivo en todo esto?
Con este querer ser positivo todo el tiempo, que ni el propio coach se cree, lo que provoca es que no honra los sentimientos del cliente y, de hecho, roza lo inaceptable al no tolerar ni el más mínimo atisbo de negatividad.
Esta suele ser una actitud del coaches con cierta rigidez mental y emocional, o coaches que buscan sanar a sus clientes desde el lenguaje y la actitud sin tener en cuenta las emociones, o no aceptando una realidad, la de sus clientes.
El coach debe respetar que hay momentos en los que aceptar que las cosas no van bien, es valido, pues aceptar no es claudicar.