El cliente, como cualquiera de nosotros, filtra lo que escucha a través de sus experiencias, creencias y emociones.
Entonces, si compartes algo con tu cliente o le haces una pregunta que responde con cierto sinsentido, no dudes en preguntarle ¿Qué entendiste de mi comentario o pregunta?. Esto no solamente te ayudará a entender mejor su respuesta, sino que te dará indicios de las creencias o pensamientos que le han llevado a responderte algo que no quisiste tu decir.
A veces el cliente responde lo que quiere, no lo que le conviene. Por ello necesitas no asumir te entendió.