Los seres humanos nos inspiramos más por las acciones y los ejemplos que por las palabras. Aunque estas nos pueden embaucar al principio, son los ejemplos que damos lo que harán que nos recomienden.
Si un cliente busca equilibrio, seguridad, autoconocimiento, crecimiento personal, desarrollo de competencias, sé tú el ejemplo de superación. Si busca ganar dinero, no tienes que ser millonario, pero tampoco aparentes mendicidad, si quiere ganar en seguridad, no dudes en lo que ofreces, si busca autoconocimiento, no le impongas lo que conoces de ti mismo, permítele que se conozca, si quiere mejorar competencias que tú no tienes, háblale de las que tú superaste, no de las que careces, pero no le digas que tiene que hacer. Si busca liderar un equipo, no le adoctrines en lo que no eres capaz, invítale a que supere lo que tú no has logrado aún (y aprende de él para que un día pueda inspirar en ello también)
Ahora, también es sano que no le limites a lo que tú eres, y le retes a ser más, más de lo que tú eres, más de lo que es ahora.